Las burbujas no le sientan igual a todo el mundo. Mientras que España sigue teniendo problemas para digerir la suya, de origen inmobiliario, Coca-Cola está tan fresca con las que caracterizan a su popular refresco. Así se refleja en los denominados CDS (credit default swaps), los seguros de crédito creados en los mercados financieros para cubrir el posible impago de un emisor de deuda.
Antes de estallar la crisis, el CDS de la compañía norteamericana superaba con claridad al español, algo normal ya que el riesgo adherido a un país como España, que tiene un rating triple A -la mayor calificación crediticia posible-, es inferior al de una compañía privada, por mucho que se llame Coca-Cola. Hace un año, el de España no llegaba a los 20 puntos básicos, mientras que el de la compañía se acercaba a los 25.
El panorama, sin embargo, ha cambiado sobremanera desde los históricos acontecimientos de septiembre, sobre todo con la quiebra del banco Lehman Brothers. Desde entonces, el mercado ha pasado a considerar que un país, por mucho con una matrícula crediticia triple A, puede incluso poseer más riesgo de impago que una empresa. Y eso es lo que ha ocurrido con el CDS de España y de Coca-Cola, ya que el primero se ha disparado hasta los 103,5 puntos, frente a los 93,2 de la compañía de refrescos.
O lo que es lo mismo, en la actualidad resulta más caro asegurar la deuda española que la de la empresa de refrescos, lo que identifica el cambio de la percepción de riesgo entre los inversores. Así, para asegurar un millón en deuda española habría que desembolsar 10.350 euros, frente a los 9.320 euros en el caso de Coca-Cola, ya que por cada 100 puntos básicos hay que pagar un 1% de la cantidad que se quiere cubrir.
Este ejemplo pone de relieve el deterioro de la imagen de España en los mercados financieros. En la actualidad, nuestro país es el tercero del que más recelan los inversores dentro de los países de la eurozona que poseen calificación triple A. Sólo Irlanda, con 204,2 puntos básicos, y Austria, con 150,7 puntos básicos, superan a España. Por el contrario, Alemania (47,9), Francia (58,9), Finlandia (65,8) u Holanda (90,1) despiertan menos sospechas y también rebasa a otros con peor calificación, como Portugal (99). "Cuando el precio del CDS repunta ya constituye, de facto, una rebaja de rating, ya que refleja un deterioro de la situación de ese emisor en los mercados", explica Anton Brender, economista jefe de Dexia.
Publicado por "El Economista"
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