El dinero continúa saliendo a cuentagotas de las ventanillas bancarias. Los últimos datos del Banco de España lo ponen negro sobre blanco. El flujo efectivo -es decir, lo que realmente llega los agentes económicos por nuevas operaciones- cayó en octubre un 50% respecto al año anterior. O lo que es lo mismo, de los 99.008 millones de euros en que aumentó el flujo de dinero en 2007, se ha pasado a 49.742 millones de euros en los últimos doce meses, lo que da idea de la intensidad del ajuste. Hace tan sólo dos años se superaron los 127.800 millones de euros.
En términos relativos, esto significa que el crédito a las familias está creciendo ya a un ritmo del 5,8%, muy lejos del 12,9% que se registraba en enero. Esa tasa es la menor de las series históricas que publica el banco central. Y es, incluso, bastante inferior a la que se registraba en 1995, justo a la salida de la anterior recesión, cuando rozaba el 10%. Si se elimina el efecto de los precios, el crecimiento del crédito real se situaría en el entorno del 3%, dependiendo del deflactor aplicado.
En el caso de la financiación a las empresas, la contracción del crédito es igualmente intensa, lo que ha provocado un estrangulamiento de la actividad productiva por falta de dinero. Entre octubre de este año y el mismo mes del año pasado, el crédito ha crecido un 8,9%, una cifra que puede parecer todavía elevada pero que es muy inferior a la que se registró en enero de este año, cuando se alcanzó el 17%. Este dato refleja la velocidad del ajuste.
En total, y según los datos del Banco de España, el efectivo que ha llegado a las empresas en los últimos doce meses asciende a 105.570 millones de euros, cuando en el conjunto de 2007 se alcanzaron los 177.701 millones. Es decir, dicho en términos más directos. El nuevo contexto de restricción del crédito ha retirado de la circulación más de 72.000 millones de euros que antes lubricaban el sistema económico empresarial. O 122.00 millones si se incluyen también los créditos que antes se concedían a los hogares.
Esto datos ponen de relieve que las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo –que ha puesto al servicio de las entidades financieras todo el dinero solicitado y con garantías de dudosa calidad- apenas ha servido para desatascar el mercado del crédito, que crece a un ritmo extraordinariamente bajo y, en cualquier caso, muy por debajo de las necesidades de familias y empresas. Los datos se refieren al mes de octubre, cuando ya el BCE había comenzado a intervenir en los mercados de forma agresiva.
El único agente económico que vive ‘días dorados’ en cuanto a financiación son las administraciones públicas, que han vuelto a acudir en masa al mercado del crédito en busca de dinero con el que cubrir los elevados déficit públicos. La financiación neta está creciendo nada menos que un 10,2%, bastante por encima de la media, lo que está intensificando el llamado efecto crowding out, que se produce cuando el sector público desplaza al privado del mercado de crédito.
La restricción crediticia ha afectado a todos los sectores productivos, pero, paradójicamente, el inmobiliario todavía resiste, lo que se observa al comprobar que en el tercer trimestre de este año, debía 315.444 millones de euros. Es decir, 2.268 millones de euros más que en el trimestre anterior. La bola de nieve del endeudamiento del ladrillo, por lo tanto, continúa creciendo, aunque a menor ritmo, lo que puede obedecerse a la refinanciación de las cuotas, que en muchos casos supone un aplazamiento de pago.
En concreto, y según los datos del Banco de España, el sector de la construcción debía a bancos y cajas de ahorros 156.363 millones de euros, a los que hay que sumar los 646,761 millones que adeudan las familias pro compra o rehabilitación de una vivienda. Esto significa que el conjunto del sector vinculado a la construcción o arrendamiento de viviendas debe nada menos que 1,12 billones de euros, el 60% del crédito concedido por las entidades financieras a los agentes económicos residentes en el país.
Publicado en El Confidencial