No me importa que si me despiden ocupe mi puesto una persona joven con la misma categoría y sueldo que el que yo tenía.
No me importa que si me despiden después de 30 años de actividad laboral, los que lo proponen sufran la angustia que en estos momentos sufre mucha gente al ver mermada la cuantía de su jubilación por no poder mantener la cotización los últimos años.
Sí me importa que los que plantean el despido barato y libre tengan los sueldos blindados y un plan millonario de jubilación asegurado. Permítame omitir los calificativos.
Publicado en Cartas al Director, El País
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